Borgen & Kamala: El equilibrio del hogar
Acompañar a Birgitte Nyborg y Katrina Fønsmark en el ejercicio de la política y el periodismo es asistir al drama existencial de la lucha por el poder y visitar los enormes e inevitables dilemas éticos que encuentran quienes eligen vivir su vocación de servicio con apego a ciertas ideas morales.

La serie Borgen (2010), es la ficción basada en hechos reales que se adelantó en pocos años al desempeño de las primer ministro Helle Thorning-Schmidt y Mette Frederiksen al frente del gobierno de Dinamarca. Un realismo cercano al estilo de “The West Wing” se conjuga con una necesaria y saludable dosis de esperanza al describir el mundo de las negociaciones por el poder en el sistema parlamentario danés.
La valentía y la entereza une a las dos protagonistas que luchan con determinación y entrega por vivir ideales de integridad y servicio al bien común. Algunas cuestiones o principios “no negociables” en la política y en el periodismo son muy bien encarnados por el estilo de liderazgo de estas dos mujeres. Principios que deben estar presentes para construir una sociedad en paz y con equidad.
Dentro del cribaje entre la mutabilidad de lo político y estos principios no negociables surgen, en forma inevitable, los dilemas éticos y desafíos personales y familiares que con muchas luces y algunas sombras son atravesados por las protagonistas.
Brigitte Nyborg ofrece variadas notas y perfiles positivos de la modalidad femenina en el ejercicio del poder. Hay carisma, fortaleza y empatía en su liderazgo: compartir tiempo con los nuit en Groenlandia, dejar de lado inversiones por graves violaciones a los derechos humanos y luchar contra la explotación sexual de la mujer son algunos de los muchos gestos concretos que describen sus dotes para el gobierno.
Nos encontramos ante un liderazgo femenino abierto a la complementariedad que, con enormes esfuerzos y dolores ante las numerosas pruebas y las consecuencias de serios errores, no pierde sus ideales. Birgitte internamente reclama esa vuelta a casa, hacia ese fuego del hogar que brinda el equilibrio ante tantos desafíos. El tormentoso oleaje del poder no alcanza a silenciar el profundo llamado del corazón de estas mujeres que proclama la riqueza de la maternidad y el apoyo de un amor estable.

Fortaleza y ternura. Luego de más de 15 años al frente de Alemania, Angela Merkel, la estadista y estratega que domó varias crisis ha logrado el triunfo más difícil para todo líder: poner en raya a su propio ego. Merkel acepta y se siente cómoda con su apodo “mutti” (mamá). Esta semana, Kamala D. Harris recibe el abrazo de su esposo antes los enormes desafíos que le esperan como primera vicepresidente de los Estados Unidos.

Luego de consolidar un triunfo con su nuevo partido Birgitte y su asesora Katrina, retornan a Borgen para negociar el gabinete. Desde el auto Katrina mira el edificio del Palacio de Christiansborg y exclama satisfecha: “es un buen lugar para trabajar”. Birgitte respira hondo y haciendo una pausa por la emoción le responde: “Es mi segundo hogar”
Que el fuego del primer hogar nunca se apague, es el único que brinda un verdadero calor y el equilibrio para dar y recibir las notas y tonalidades del liderazgo femenino que nuestras sociedades necesitan.
Pablo Zitto Soria