1812, Borodinó y después.
El poder divorciado del servicio se refugia en la ideología. La formación del liderazgo político se basa en un sano realismo filosófico y ético.
En 1881 el Zar Alejandro II le encargó Tchaikovski la Obertura “1812” para homenajear la batalla de Borodinó, librada por su antecesor el Zar Alejandro I. Años después de aquella batalla Napoleón, exiliado en Santa Elena escribe en sus memorias que los soldados franceses mostraron “más valor, pero lograron menos éxito”. El gran corso nunca lo admitiría, pero esa “victoria” fue el principio del fin para la “Gran Armmé”… y para todo su Imperio.
Como sea, en la aldea de Borodinó a 125 km de Moscú murieron, el 7 de septiembre de 1812, más de 75.000 personas en un solo día. Una verdadera matanza recíproca. Los dos pensaron que ganaron, todos perdieron.

El Liderazgo Político se orienta también a promover una buena educación con valores éticos y el pensamiento crítico de los ciudadanos. Así “el pueblo” podrá dejar lado las falsas seguridades que toda ideología totalitaria engañosamente ofrece (incluidas la envidia y el igualitarismo injusto) y encontrar un espacio para desplegar un proyecto de vida en libertad, con trabajo digno y una educación de calidad. La enorme mayoría de la gente quiere y necesita ganar con su propio esfuerzo el pan cotidiano y forjar su destino.
Esto parece sencillo… y de sentido común … aunque lamentablemente ha sido sistemáticamente desoído por una enorme mayoría de los políticos y de la dirigencia en general. Un poder divorciado del servicio se refugia en la ideología. La formación del liderazgo político se basa en un sano realismo filosófico y ético. Aceptemos que hay algo dado, que nos antecede, se llama naturaleza humana y se encuentra mediada por la cultura.
El “pan y circo” de los planes, dádivas y subsidios eternos no sólo agota injustamente los recursos públicos, sino que fulmina las expectativas existenciales de las personas “beneficiarias”. Además quitamos lugar al esfuerzo personal, a la igualdad de oportunidades y nos alejamos cada vez más de la reconstrucción de una gran nación con una “clase media” protagonista de la cultura de la concordia y de la equidad.
Cada 2 años la ciudadanía tiene el deber de la esperanza en las urnas
La realidad debe ser mirada, escuchada y sentida con atención y compasión por los líderes, especialmente los que aún viven en un constante default moral y técnico. Pareciera que muchos políticos hoy no quieren ni saben elaborar acuerdos y planes de gobierno serios a fin de enfrentar los graves y complejos problemas del siglo XXI.
Cada 2 años la ciudadanía tiene el deber de la esperanza en las urnas.
El 14 de septiembre de 1812 Napoleón, sentado en el Kremlin, pudo observar una ciudad arrasada, sin víveres y cada vez más fría. Esperaba en vano una rendición del Zar Alejandro I que nunca llegaría desde San Petersburgo.
El liderazgo político es buscar con paciencia artesanal y la urgencia del sufrimiento acuerdos básicos basados en sólidos valores éticos.
Nuestro pueblo tiene hambre y sufre el frío de la desesperanza. El liderazgo político es buscar con paciencia artesanal y con la urgencia del sufrimiento, acuerdos básicos basados en sólidos valores éticos, lo demás es ideología y genera tanto dolor como el sufrido en los campos de la aldea rusa de Borodinó.